Un antídoto llamado gratitud

Un antídoto llamado gratitud

Encontrando tesoros aún en medio del dolor

 

¿Tal vez has enfrentado, o estás enfrentando momentos de dolor? 

Todos los seres humanos enfrentamos circunstancias que producen dolor, ya sea físico o emocional, o ambos. Cuando enfrentamos momentos de dolor, nuestra perspectiva sobre aquello y aquellos que nos rodean puede verse nublada y esto no nos ayuda a ver con claridad ni el presente y, mucho menos, el futuro.

¿Has escuchado hablar de los umbrales de dolor y la tolerancia al dolor? 

Pues bien, los umbrales de dolor están relacionados con el momento en que comenzamos a sentir dolor. Hay personas que soportan muchos estímulos que se espera produzcan dolor, sin sentir dolor. En el momento en que comienzan a sentir dolor, se dice que llegaron a su umbral de dolor. Por su parte la tolerancia al dolor está relacionada con el dolor máximo que podemos soportar.

Esto me hace pensar que un episodio doloroso no genera la misma reacción en las personas. La experiencia del dolor es diferente y no está relacionada con que tan intensa haya sido la experiencia, sino en qué tan intensa ha sido percibida o no por cada uno de nosotros.

Lo menciono, pues sé que podemos pasar por momentos donde hemos sido juzgados al expresar que algún episodio nos ha dolido. Algunos, hasta hemos escuchado palabras como: “pero eso que estás viviendo no es nada, comparado con…” que pueden terminar aumentando los sentimientos de dolor.

¿Qué sucede cuando llegamos al umbral de dolor y nuestra máxima tolerancia al dolor emocional?

Los momentos de dolor parece que nos borran la memoria y olvidamos los momentos de alegría y victoria que hemos tenido. Ojo, mencioné momentos pues algunos podrían decir: yo no he tenido episodios alegres en mi vida. Pero cuando menciono momentos, estoy segura de que todos hemos tenido esos instantes que pueden traer luz a nuestro interior y, aún, arrancarnos una sonrisa.

Sin embargo, aún los momentos de dolor o, más allá, episodios de dolor como el abandono por parte de un ser amado, la enfermedad y/o pérdida de un ser amado, la pérdida de empleo, y muchas otras cosas pueden llevarnos a sentirnos impotentes: no vemos salida; postrados: decaídos y desfallecidos; y entrar en desesperanza.

 

Cuando encuentras motivos de gratitud, en medio de tu dolor, liberas tu interior para vivir por sobre tus circunstancias

Por esto, tenemos que ser intencionales. En mi vida, en los momentos más profundos de dolor, he encontrado un antídoto que ha logrado liberar mi interior para remontarme por sobre mis circunstancias. Cuando digo remontarme, no es ignorar que estoy enfrentando esas circunstancias que me han producido dolor o que estas ya no estén presentes, sino que he aprendido a levantarme por sobre ellas a través de un antídoto llamado: gratitud.

Cuando comienzas, de manera intencional, a agradecer por pequeños instantes u oasis que encuentras en medio del dolor, es como si la memoria volviera y, poco a poco, comenzaras a recordar las bondades del Creador sobre tu vida. Yo diría que es el punto de partida para comenzar a encontrar tesoros en medio del dolor.

La Biblia, de hecho, nos invita a ser agradecidos en toda circunstancia << Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús>> (1ª Tesalonicenses 5:18, NTV)

Que hoy, sin importar lo que estemos viviendo, tengamos un corazón agradecido. Te garantizo que encontrarás motivos para agradecer.

Quiero invitarte a dar unos pasos de acción, como punto de partida:

  1. Allí donde estás, cierra tus ojos y toma aire profundo y suéltalo y, luego, abre tus labios para agradecer por la oportunidad que tuviste de tomar aire y soltarlo. Algo tan sencillo como esto, nos recuerda que aún en medio del dolor, existen motivos para agradecer.
  2. Toma un momento para pensar o, si tienes posibilidad, escribir cuál es esa o esas situaciones que están produciendo dolor. Tal vez lo que estás viviendo y produce dolor, no es como lo que un día soñaste. Sin embargo, quiero que des gracias por los caminos que has recorrido, aunque no se parezcan a los que un día soñaste.

 

Ahora recuerda: Los #caminos que hemos #recorrido, muchas veces nos llevan lejos de lo que un día soñamos…Pero cuando #miramos hacia ellos con #gratitud, podemos #descubrir #perlas con el #poder de embellecer nuestra esperanza para el mañana.